sábado, 21 de marzo de 2015

RUTAS A CABALLO. SUBIDA AL CERRO DE MORATALLA LA VIEJA

Este domingo el grupo de amigos del Picadero se preparó para poner en marcha una Ruta al histórico Cerro de Moratalla la Vieja.  Cruzando la huerta de Moratalla nos disponemos a pasear por las  amplias llanuras de almendros y  sembrados,  en dirección al paraje de Rojas.  Nuestras vistas a un lado y al fondo el Pueblo  en la falda del cerro San Jorge,  enmarcado por la  preciosa la Sierra del Buitre de la que tanto disfrutamos los Moratalleros;  al otro lado la vista se nos va a el único accidente geográfico en estas inmensas y llanas tierras, el Cerro de Moratalla la vieja, con restos púnicos, romanos y árabes.



Al fondo el pueblo

Cerro de Moratalla la Vieja










Disfrutamos de cada rincón y de cada camino. Recorremos el antiguo camino que comunicaba  con la vecina localidad de Hellín con la cual Moratalla mantenía relaciones comerciales. Pasamos por la Rambla la Parra, nos encontramos restos del pasado cuando la agricultura y la ganadería era nuestro medio de vida.


Pasando por la Rambla





Los tornajos son abrevaderos que se hacían ahuecando un pino, que se colocaba junto a una fuente o manantial en el campo para retener el agua circulante y facilitar su disponibilidad para el ganado. Muchos fueron sustituidos por abrevaderos de cemento. Éste, se encuentra junto a un aljibe que retenía el agua de la lluvia que le facilitaba esta rambla.









La subida  al Cerro es de difícil acceso. Solo con caballos preparados y jinetes cualificados se puede hacer  el ascenso al yacimiento. (Obviamente, no hay fotos del tramo más complejo y de más tensión de la subida, todos los sentidos debían estar puestos en la subida, rocosa y muy poco estable para los caballos ) Una vez arriba, contemplamos los restos del poblado íbero y disfrutamos de la belleza del paisaje;  sierras escarpadas, valles profundos... Mereció la pena la complicada subida.


Comenzamos a subir




Recorremos la cima para contemplar los restos.





Las vistas son de indiscutible belleza









Tras la bajada, descansamos todos mientras tomamos un almuerzo con productos típicos de la zona, reponemos fuerzas para continuar  la marcha para la vuelta al Picadero. 







Gracias a todos por estos estupendos días  en compañía de los caballos, tan especiales para nosotros.